Por Caton Veracruzano
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En días recientes, leí con interés en el Blog de Susan Polgar (1) un resumen de un articulo publicado en un periódico británico, The Observer, en el cual Andrew Anthony (2)escribe sobre Bobby Fischer. El artículo me pareció muy interesante y me llevó a algunas consideraciones, ya que en el artículo en cuestión se aborda la difícil infancia que tuvo y que muy probablemente contribuyó en parte a producir las obsesiones que de adulto mostró. Se menciona que empezó a jugar a los 6 años y que a partir de los 9 años practicaba y estudiaba el juego excluyendo todo lo demás. Su obsesión era tan grande que jugaba ajedrez mientras comía, o estando en el baño, incluso jugaba ajedrez en lugar de estar en la escuela. Aprendió ruso con tal de poder leer libros de ajedrez escritos en dicho idioma. Como algunos dicen, el ajedrez es adictivo y Fischer comentaba "Es difícil apartarlo (de mí), es como mi alter ego". Su obsesión era tan grande que condujo a su madre a llevarlo a evaluaciones psiquiátricas, pero en opinión de dos psiquiatras, le dijeron a su madre que no se preocupara.
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Tal vez sin saber, su madre alimentó su paranoia, ya que siendo simpatizante del comunismo, estaba preocupada de la persecución a la que ella y sus hijos podrían ser sometidos en los Estados Unidos en dicha época, pidiendole a su pequeño hijo que nunca hablara a las autoridades acerca de las inclinaciones políticas de su madre.
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Demostrando la naturaleza del ajedrez competitivo, Fischer comentaba en algunas entrevistas que le hicieron, que lo que más placer le producía era cuando quebraba el ego de su oponente. Nadie se preparaba mas fuerte y por más tiempo para un torneo que Fischer. Su obsesiva preparación le llevó a ser Campeón Mundial, la culminación de 23 años de arduo trabajo y dedicación al ajedrez.
Teniendo en cuenta el delirio de persecución que mostraba, su obsesión por el ajedrez (en alguna ocasión llegó a expresar que había leído más de mil libros de ajedrez) me pregunto si Fischer tendría algún tipo de autismo, mis dudas encuentran una respuesta al realizar una búsqueda en el internet. Algunas páginas web y blogs consideran a Bobby Fischer como uno de los grandes genios de la humanidad que tuvo Síndrome de Asperger (3,4,5).
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El Síndrome de Asperger es un trastorno neurológico hereditario en el cual el individuo percibe el mundo de manera diferente a las personas que no tienen esta alteración. Se le considera una forma leve de autismo, en el que los enfermos tienen conductas repetitivas u obsesivas, tienen dificultades para socializar porque en parte interpretan literalmente el lenguaje hablado y no interpretan adecuadamente el lenguaje corporal (Esto me recuerda a Sheldon, de la serie televisiva La Teoría del Big Bang). Suelen enfocarse y tener un alto grado de especialización en una actividad determinada (Historia, Matemáticas, Computación, Ciencias, Música). Algunos enfermos no se consideran como tales, sino que dicen tener una actitud especial. Los enfermos con síndrome de Asperger pueden tener un Cociente Interlectual (IQ) por arriba de lo normal, obtienen grados académicos, tienen familia, sin embargo, se les dificulta tener un trabajo y familia estable (6,7,8)
En lo que se refiere al ajedrez, se ha considerado que es altamente probable encontrar una mayor proporcion de individuos con Síndrome de Asperger entre jugadores de élite (los mejores del ranking mundial) que en el resto de los jugadores de ajedrez, la misma situación ocurre entre científicos, especialmente en el área de la lógica y las matemáticas. Es comprensible, pues para llegar a ser verdaderamente bueno en el ajedrez, se requieren al menos de 10 000 a 30 000 horas de práctica deliberada, además claro, de tener la habilidad innata. Esta dedicación con un sólo objetivo y durante un periodo de tiempo prolongado, es facilitada si existe una conducta obsesiva. Si a esto agregamos que el ajedrez es predominantemente un juego individualista, en el que el jugador estudia en solitario la mayor parte del tiempo. A lo largo de la historia del ajedrez, existen algunos casos de patologías psiquiátricas, me vienen a la mente Akiba Rubinstein, Paul Morphy y Carlos Torre, curiosamente, estos genios del ajedrez dejaron su actividad ajedrecística cuando su estado mental se deterioró más rápidamente. Nigel Short considera que así como existen lesiones en atletas a nivel competitivo, pueden ocurrir lesiones mentales o físicas en jugadores de ajedrez, pues son sometidos a stress intenso durante cometencias. Considero que esto realmente es posible, pero todo depende como el jugador toma el ajedrez y especialmente como maneja el stress. Recuerdo que en una entrevista que le hicieron a Magnus Carlsen el año pasado, él dejó entrever que el ajedrez podría no ser lo primero en su vida, esto probablemente demuestre que existen jugadores élite que encuentran equilibrio entre el tiempo que le dedican al ajedrez y sus actividades cotidianas.
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Sin embargo, existe otro enfoque, en el que se considera que el ajedrez puede ser una terapia muy útil en casos de autismo, porque el ajedrez facilita la interacción social de las personas que tienen esta alteración. Es obvio que este enfoque es adecuado en ajedrez recreativo, no competitivo, sin embargo, algunos de los jugadores principiantes que tienen Síndrome de Asperger podrían destacar si se enfocan en el ajedrez (9,10).
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Finalmente, considero que el ajedrez es un deporte muy bello y, cuando una persona se apasiona con este juego, realmente disfruta los retos intelectuales que se plantean en una partida o al analizar un estudio. El ajedrez, sin lugar a dudas muestra sus beneficios con los pequeños jugadores, enseñándoles el valor de la disciplina, la planeación, la constancia, el respeto hacia los demás, haciéndoles ver que literalmente no hay enemigo pequeño, que la atención y el enfoque en el juego son muy importantes. Tambien les enseña a asimilar las derrotas, a sacar provecho de ellas, analizando las partidas perdidas.
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Realmente considero que si bien es cierto existen ejemplos de grandes jugadores que mostraron patologías psiquiátricas, estos desarrollaron el trastorno mental gradualmente, desde su infancia, incluso antes de haber entrado en contacto con el ajedrez, de tal manera que mi punto de vista es que, el ajedrez no fué causa de que el jugador se desquiciara, sino más bien, el jugador con patología psiquiátrica encontró en el ajedrez un medio para expresarse y sentirse reconfortado y cuando la psique de estos jugadores se deterioró más rápidamente, desaparecieron de los reflectores en el mundo ajedrecístico, no sin antes dejar constancia de su grandeza, legándonos el mejor monumento que pudieron haber construído, sus partidas.
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