Mis doscientos pesos o me rindo!!!

 

No recuerdo si me lo contaron, o si en uno de mis tantos mal viajes lo alucine; la cuestión es que al evocar la situación me quede meditando al respecto ¿Qué siente un jugador al obtener un logro por medios nada éticos? Como por ejemplo, su clasificación a la siguiente fase de la competencia.

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Imaginemos el siguiente caso (no precisamente quiere decir que así haya sucedido). En “X” Torneo Suizo se juegan 5 lugares para la siguiente fase de la competencia, dándose la siguiente situación en la última ronda del Torneo:

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El JUGADOR  B es el que tiene mejor coeficiente de desempate de los jugadores de tres puntos, y como solo se están jugando el pase a la siguiente fase, acuerda tablas con el JUGADOR A. Ya hay dos lugares con dueño, sobran 3. En la mesa 2  se juega a ganar, por lo que uno obtendrá su pase y el otro quedara fuera. Ya hay tres boletos ocupados, quedan dos. JUGADOR F supone que los dos lugares corresponden a la mesa 3 y ofrece tablas, JUGADOR E las rechaza y le hace ver  a su contrincante que JUGADOR H también está en la pelea y que mientras JUGADOR H este en la pelea no aceptara ninguna oferta de tablas

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JUGADOR F se preocupa por la situación, la posición no le favorece y sabe que JUGADOR H tiene muchas posibilidades de triunfar, ya que JUGADOR G no tiene nada que lo motive a luchar por ganar.

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JUGADOR F  contacta a JUGADOR G y ofrece 200 pesos como recompensa si logra la victoria. Transcurre el tiempo y JUGADOR G  encuentra la jugada que meterá en red de mate a JUGADOR H. El JUGADOR G se levanta y busca al JUGADOR F y exclama: “... mis $200 pesos o me rindo!!!"

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Instantes después JUGADOR E Y JUGADOR F acuerdan las tablas

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Lo dejo a la reflexión del lector